El gobernador de Arequipa, Rohel Sánchez, se tomará vacaciones desde el 22 de enero, dejando a la vicegobernadora Ana María Gutiérrez a cargo. La decisión ha generado críticas, ya que ocurre en un contexto de emergencia regional.
El año pasado, Sánchez también se ausentó en las mismas fechas, cuando las lluvias causaban estragos en la región. Ahora, además del clima, Arequipa enfrenta problemas de corrupción, retraso de obras y conflictos con trabajadores.
La falta de liderazgo en momentos críticos preocupa a la ciudadanía, que exige soluciones y no ausencias. La gestión regional enfrenta cuestionamientos por su incapacidad de atender urgencias y ejecutar proyectos clave.
La decisión del gobernador podría afectar su imagen y credibilidad. La población espera respuestas concretas ante las múltiples crisis, mientras su máxima autoridad opta por el descanso en lugar de la acción.